Muchas compañías usan el voluntariado corporativo para lavar inconsistencias en su misión, visión y valores, o para cumplir con sus reportes de sostenibilidad.
Hay múltiples iniciativas que veo que implementan los clientes, y el voluntariado corporativo siempre ha sido, de alguna forma, el “parche” de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
¿Por qué digo parche? Porque en muchas compañías sus responsables y las áreas de talento lo usan para lavar inconsistencias en su misión, visión y valores, o para cumplir con sus reportes de sostenibilidad. Y en muy pocas, como una acción consistente y sostenida.
Desde mi experiencia, el voluntariado corporativo es una estrategia efectiva que, además de contribuir, sirve para fomentar un ambiente laboral positivo y alinear los pilares de la empresa.
Con estos programas se ha demostrado en diversos estudios que se puede mejorar el clima interno y aumentar el compromiso de las personas. Y son útiles en todo tamaño de empresas.
10 estrategias para agregar valor a través del voluntariado corporativo
Hoy comparto algunas estrategias que les han resultado a varias compañías enfocadas, realmente, en agregar valor con esta política:
1. Sensibiliza a los participantes
Comienza por concientizar al #equipo dispuesto a participar en el voluntariado y planificar una estrategia sostenible y medible con resultados concretos. No lo hagas obligatorio.
2. Diseña con la cultura y los valores de la organización
Asigna los recursos necesarios para su éxito. Para los financieros: por favor, no le den “cero presupuesto”, porque así no funciona…
3. Enfoca las temáticas más cercanas a los equipos
Muchas empresas implementan estos programas casi con fines políticos o compromisos sociales; es recomendable que busquen enfocar, aún en esos contextos que a veces son insoslayables, temáticas y causas que logren adhesión y con las que las personas de las empresas se identifiquen.
4. Haz tangibles los beneficios
Destaca el aumento del sentido de pertenencia, la mejora en la comunicación interna y el desarrollo de nuevas habilidades, así como la contribución al cambio social y medioambiental. Elijan causas que representen a la mayoría de las personas.
5. Aprende de los errores
Evita el enfoque circunstancial y de moda, y desarrolla una metodología que incluya análisis, diseño, implantación, evaluación y control para lograr resultados tangibles.
6. Encuentra el equilibrio interno
Considera la carga de trabajo del personal y asegúrate de que los resultados sean contundentes, medibles y demostrables para evitar la frustración.
7. Fomenta la “ecología interna”
Construye una filosofía de trabajo coherente con la misión y valores de la empresa y asegúrate de que sea sustentable y responsable internamente.
8. Aplica la formación en voluntariado
Organiza talleres, capacitaciones y jornadas de sensibilización sobre cada proyecto para garantizar el éxito de la acción en conjunto.
9. Evita transformarlo en acciones de marketing
El voluntariado es noble desde su génesis. Si bien comunicar está excelente, el exceso de autobombo empresarial hace que la gente dude de tus acciones.
10. Mide los resultados y comunícalos internamente
Además de la estrategia y la implementación, es fundamental contar con indicadores que permitan medir el impacto de las acciones. Esto permitirá que no queden como hacer beneficencia o intervenciones esporádicas, sino que producirán un retorno del esfuerzo y la inversión que necesita ser medido en forma tangible.
Hay una frase muy popular que resume el espíritu del voluntariado y del servicio a los demás:
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Se le atribuye al escritor Eduardo Galeano, aunque otros la asignan a San Juan Bautista de La Salle. Sea como sea, describe de una muy buena forma lo que podemos lograr juntos a partir de pequeñas acciones estratégicas sostenidas en el tiempo.